miércoles, 10 de agosto de 2011

Capítulo VIII - ¡Vamos A Bailar!

Todos los personajes, así como las situaciones que se expresan en éste trabajo son ficticias, cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia.


«Debemos acostumbrarnos a lo nuevo, la vida es tan sorpresiva que cambia drásticamente a su antojo»



No hay nada mas triste que descubrir que incluso lo mas hermoso tuvo su horrible pasado, o mas aun cuando ese lado malo lo lleva aun consigo sólo que lo oculta.
De esas veces que intentas mejor salir corriendo de un lugar pero tu desesperación empuja la puerta cuando ésta se abre jalandola.
Sorpresas de la vida, a veces te hace feliz y otras te haces infeliz tu mismo, por pendejo.

Este Viernes tenia algo diferente al pasado, se sentía una gran tristeza por toda la colonia, eran siete ya los días que habían pasado desde que había tenido ese descontento con Edy, siete días que su móvil no recibía llamada o mensaje, siete largos días en los que a los ocho de la noche no se apareciera ese Jetta rojo cerca del Gaming.
Acababa de llegar del trabajo, esta vez no había pasado con su amiga Deníce por que toda la semana lo habían tratado de convencer de que las acompañara a la apertura del Código, un nuevo antro en el centro de Monterrey. Lo ultimo que quería era salir, eran tiempos de pasar la noche en su cuarto, con la ventana abierta para mitigar el calor de las noches de Junio, acompañado tal vez de un cigarrillo que fuera lo unico que iluminara su habitación.
Pero justo cuando se preparaba para esta sesión de soledad en la intimidad de su cama, Esteban tocó la puerta.
—Primo, ¿Puedo pasar?
—Claro adelante.
—Oye, ¿Que onda?, ¿Puedo ir contigo al Código? Supe que ibas a ir con Deníce y pues quiero ir para ver si por fin me pela.
—Que pena, no pienso ir.
—Hay no manches primo ¿Como que no vas?, andale yo quiero ir contigo.
—¿Conmigo o con Deníce?
—Bueno es igual, andale primo, es mas si quieres yo te invito las mimosas.
—Yo no tomo mimosas.
—Bueno, eres gay, supongo que todos los gays toman mimosas ¿Que no?
—Claro que no, a mi no me gusta ningún vino, menos las bebidas «señoriteras», yo soy de pura chela, y si voy, te voy a salir carisimo.
—Hum, lo que valgas, anda vamos.

Sorprendentemente Esteban había inyectado en Julián una dosis de buena vibra, así que finalmente decidió ir con ellos al Código.

El lugar le resulto bastante agradable, era un enorme salón redondo y a su alrededor había una escalera con balcones hasta llegar al tercer piso donde había un tapanco donde estaba la cabina del DJ. en el centro una hermosa pista cuyo piso era transparente y dejaba ver el agua azul que había debajo de ella.

Entre tanta gente, música, tragos y fotos, llegó la madrugada. Cerca de las tres de la mañana, Esteban le hizo una señal para hacerle saber que saldría, era mas que obvio que iba a algún Hotel con Deníce y el pues tenia que quedarse, afortunadamente en una de las mesas estaba el hermano de una de sus compañeras de la prepa, y tomó asiento con ellos.
Mientras sonaba en las bocinas el éxito del momento, Julián se puso de pie al instante al reconocer a quien estaba parado en la barra. Era Edy, después de siete días de no saber de el, ahí estaba, pero no sabia con que pretexto acercarse.
—¡Vamos a bailar! -una de las amigas sentadas en la mesa se había emocionado al escuchar su canción favorita, lo tomo de la mano y se dirigieron a la pista. Sin despegarle la vista a Edy, se puso a bailar casi por compromiso mas que por ganas.
A media canción Edy, se acercó a la pista desde donde le hizo una señal a su compañera de baile, ella le respondió con la mirada y haciéndole una mueca de "ahí voy".
—¿Es tu novio?
—¿Quien?, ¿Este guey?, no mames, es puto el cabrón.
—Es que como vi que te hizo señas.
—Si zonzo, pero lo que pasa es que es mi "dealer", y ya tenia rato esperándolo.
El comentario le calló como balde de agua fria a Julián, tal vez esa era la razón de tanto estres en Edy y el por qué nunca le quería decir donde trabajaba.
—Acompañame esta afuera, nada mas voy a que me dé lo que le pedí.

Debido a que era la apertura del antro, habia mucha gente y por ende, mucha seguridad, por lo que Edy la habia citado a dos cuadras de ahí.

—Pinche Edy, como si no me podia dar mi encargo en los baños, me esta haciendo caminar.
—Bueno, al menos me sirve para bajarme la peda - Julián sabia que le habian hecho desde hace rato las cervezas que se habia tomado- aqui te espero.

Julián se quedo parado a media cuadra de donde estaba Edy, probablemente no lo había visto, o se hacia el despistado.
Despues de una ligera platica Edy se despidió de su clienta y ésta regresó con Julián. En el camino de regreso, sonó el celular de Julián.
—Bueno.
—¿Por que estas con ella?
—Haber, tardas siete días en dar señales, hasta que soy yo el que doy contigo, y me sales con esa pregunta.
—Hé estado ocupado, no he podido verte, pero no quiero que te juntes con ella, te espero aqui afuera para llevarte a tu casa.
—No, no me voy a ir todavía, estoy muy agusto con MI AMIGA.
—Ni siquiera sabes como se llama, ademas ya andas borracho, te espero aqui afuera Y PUNTO.

Finalmente despues de 10 minutos y 4 llamadas perdidas decidió salir de ahí, camino a la esquina donde estaba un sitio de taxis, pero un auto rojo se detuvo frente a el y Julián se subio.
Avanzaron cerca de diez cuadras y el silencio se apoderaba de los nervios de Julián, de vez en cuando dirigia su mirada al rostro serio y maduro de Edy, recordó esa anecdota de "El Pelito" y soltó una sonrisa, a la cual Edy respondió con otra.

—Me das miedo, pero te amo.

Antes de que la platica avanzara al siguiente nivel, el auto se detuvo al instante al ver que su paso habia sido bloqueado por dos patrullas, y detras de ellos venia otra.
Sin saberlo Julián estaba apunto de iniciar uno de los capítulos mas amargos de su vida, pues la cajuela del auto venia repleta de droga.

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