sábado, 4 de junio de 2011

Prólogo

Exactamente a las diez y quince de la noche arribó el autobús 4625 de la linea Transtur a la central de autobuses; con una maleta negra muy pesada y que le dificultaba caminar entre la marea de gente iba y venia de un lugar a otro dentro de las grandes salas de espera que tenia el nuevo y lujoso edificio Julián había llegado de Monterrey luego de 6 largos años de haber dejado su amada ciudad: Tepic.
Había que pasar ese tiempo para que pudiera terminar la carrera y solo así regresar sólo por una temporada para visitar a sus padres y amigos; grandes amigos que recordaba con cariño en especial a dos de ellos, los cuales habían sido sus cómplices en muchas travesuras, compañeros en momentos buenos, apoyo en los malos y siempre, siempre su mayor apoyo.
Afuera caía con gran intensidad una de las primeras lluvias de la temporada, para su mala suerte sus papás que iban a pasar por él estaban atrapados en un congestión causado por la tormenta, debía tomar un taxi.
Al salir por una de la puerta, tropezó con un borracho que estaba ahí tirado; el mendigo ni siquiera respingó por haberlo golpeado, la única reacción que tuvo fue alzar la mano para pedir dinero y Julián con el remordimiento tomó diez de los treinta pesos que había sacado para pagar el taxi y se los dio.
Su sorpresa fue cuando vio la cara del pobre borracho, un rostro muy familiar, uno que hubiera querido y creía haber olvidado pero no fue así.
El pobre hombre también logro conocerlo, y como no iba a hacerlo si seis años atrás le había arruinado su vida.


Para algunos homosexuales, la vida les puede hacer creer que el amor les es algo imposible, las situaciones o simplemente las oportunidades que se les presentan son las causantes de ésta idea, lo malo no es que solo lo creen, si no que también se resignan, asumen con seguridad que van a estar solos, se cierran a la idea de que "las relaciones serias" no están hechas para ellos.
Julian era uno de ésos, uno de muchos y tantos que se sienten resignados a la Soltería Obligada.
Pero el tiempo pasa y las cosas cambian sinceramente hoy el cree que algún día va a encontrar su "Media Naranja" lo malo es que seguramente no la ha sabido buscar en el lugar correcto, tantas relaciones ocasionales, tantos «Romances Relámpago» y tantas «Ilusiones» le han sabido dar la experiencia para poder reconocer cuando está con la persona equivocada.
Todas las relaciones, los noviazgos, los matrimonios van a un mismo fin: Ser Felices. Creemos que la felicidad es un paso más en la vida que debemos alcanzar, pero particularmente Julian define la felicidad como «momentos», momentos del pasado al recordar fechas o escenas que le hicieron sentir bien o incluso momentos malos que al recordarlos lo hacen sentir bien al darse cuenta que ya son cosa del pasado; momentos presentes al sentir ése extraño placer que causan algunas escenas que vive como encontrarse con un amigo después de varios años; momentos del futuro como cuando sabe que algo bueno está por ocurrir.

Todo lo resume en momentos.


Para contar ésta historia, debo escarbar en sus mas profundos recuerdos, idealizar de nuevo esos momentos que lo han traído hasta este punto de su vida, no es fácil dado que muchos de estos momentos le han causado pena y dolor, no solo a el, sino también a los involucrados.
Todos a su alrededor siempre viven quejándose de algo, por muy insignificante que esto sea: alguna enfermedad, problema económico, desempleo, y muchas otras cosas; el es de los que cree que si aprendemos a ver las cosas desde la perspectiva del "¿Para que te preocupas?" Ya saben «¿Tiene solución?, ¿No tiene solución?» podremos llegar al punto de poder concluir que SOLO LOS PENDEJOS NO SON FELICES.

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