jueves, 28 de junio de 2012

Capítulo XVII - En Un Cuarto Casi Rosa.

Todos los personajes así como las situaciones que se presentan en estetrabajo son ficticias, cualquierparecido con la realidad es meracoincidencia.

«Por nuestro amor, nadie tene derecho a elegir.»

Esanoche intranquila parecia no tener fin, era como si la luna estaba decidida a permanecer reinando por mucho mas tiempo impidiendo que el sol se levantara sobre la gran ciudad.

La habitacion estaba escasamente iluminada por una pequeña lampara conectada en una esquina, a los pies de la cama donde Julián habia permanecido despierto toda la noche.

Sabia que pronto estaria nuevamente frente alamor de su vida, se lo habia pedido como ultimo favor al complise con quien habia pactado una fuga, habia pactado encubrir al amor de su vida para que se fuera lejos de él.

Estaba conciente de que alejarse no seria facil, habian pasado muchas cosas, aun recordaba con melancolia aquella mañana cuando Edy lo beso por primera vez, esa ocasion cuando Julián decidio abandonar el equipo de futbol; luego recordaba el beso en aquella oficina y de pronto se agregaba la imagen de la directora de la escuela, descubriendo asi sus amorios; pensaba tambien en lo dificil que en aquel entonces le habia resultado tener que dejar todo loque mas queria en aquella capital nayarita: sus padres, sus amigos, su vida, su escencia y en lo lejano que ahora parecia esa situacion.

Por mas vueltas que daba sobre su cama, no lograba conciliar el sueño,cada vez que cerraba sus ojos color miel aparecia en la oscuridad de su mente, el rostro de Edy sobre aquella cama, recordando como habia sido la primera vez que habia tenido relaciones con el.
Volvía aabrir los ojos que en ocasiones se mojaban con delgadas lagrimas que no se atrevian a escapar por completo de sus ojos, pensaba como habian cambiado las cosas, el hecho de haber tenido que hacer un gran sacrificio al entregarse a un desconocido, solo para lograr la comodidad de Edy.
Sentia que su mentese entumecia al recordar tambien a ese hombre que le habia brindado a ultimos dias tanto amor, tanta pasion, hasta casi llegar al limite de la felicidad; un escalofrio recorria su cuerpo cuando su carrete de recuerdos llegaba a la imagen de Edy arrancandole la vida a ese hombre cullo unico error habia sido amarlo.

Pero sabia que mañana, tendria la ultima oportunidad de ver a esa persona que habia cambiado suvida, y la melancolía lo deprimía todavia mas.

Luego de la inmensa tortura que la noche y su mentele habian causado, el sol decidio ponerse para dar paso al dia esperado, al dia de ladespedida.

Su primo esteban lo habia llevado a un parque que estaba al norte de Monterrey, habia quedado de verse ahi con Malandro, y con Edy; esperaba con ansia sentado en una banca de metal cerca de una enorme fuente, asomaba su mirada de un lado a otro, de una calle a otra esperando devisar por fin una señal de que su amor estaba cercas; luego inesperadamente caminando, en direccion a una pequeña iglesiaque estaba frente al parque lo observó acercarse hacia el, sus pasos eran decididos aunque mostraba inseguridad al llevar sus manos metidasen sus jeans. Edy se detuvo cuando estuvo a unos diez metros de el, alzo su mano derecha y le pidio que lo acompañara.

Caminaron tomados de la mano,en silencio sin cruzar miradas hacia una calle solitaria, Julián no sabia a donde lo llevaba Edy pero no le importaba, a donde quiera que fueran, Julián estaba contento deacompañarlo.
Luego de caminar tres cuadras llegaron a una casa, entraron y Julián de inmediato supo que se trataba de la casa de Edy, porque ahi en un estante miró varias copas, trofeos que de inmediato reconocio, por que sabia que estos habian sido ganados por su antiguo equipo de fut bol.

Subieron una escalera y entraron a una recamara.

Las paredes habian sido pintadas hace poco, por que aun se podia olerla pintura, el color era especial, ni rojo ni blanco, era un cuarto casi rosa.

Finalmente estaban a solas, aunque sabia que afuera seguramente estaba Malandro esperandolos, pero ahi todo era silencio solamente se escuchaban las agitadas respiraciones de aquellos dos hombres que se amaban.
Edy lo besó, un beso que habia esperado que llegara, un beso que sabia iba a convertirse en mas que eso.

Julián a pesar de que habia cerrado sus ojos, aun podia sentir en su mente ese color especial iluminado por una ventana.
No importara cuanto tiempo durara ese beso, esta vez nadie llegaria a interrumpirlo, nadie podia separar lo que el destino habia causado.

Las ropas comenzaron a sobrar cuando las caricias desconocieron el pudor, hacian lo que ellos mas querian, sentir la piel de uno sobre lapiel del otro.

Era una corriente liquida de emociones que recorrian los cuerpos de los dos amantes.
Julián trataba de disfrutarlo al maximo por que sabia que despues de salir de ese cuarto casi rosa, no podria volver ahacerlo nunca mas.

Era amor mas que sexo, era cariño mas que caricias, era alcanzar el punto que mayor felicidad le podia causar sentir a Edy dentro de él, ese punto en el que su amor los hacia sentir llenos de felicidad, hacerlos sentir tan grandes que incluso ese cuarto casi rosa era muy pequeño para tanto amor.


Y teriminar.

Por que al final de cuentas el proposito del encuentro debia consumarse, la despedida era inevitable.
Al caer la tarde ambos debían seguir por caminos diferentes, por muy dificil que esto fuera Julián ya no podria ver mas Edy.

Al salir de aquella casa, Malandro los esperaba en el parque, ambos subieron al coche blanco de Edy, luego de recorrer varias calles, llegaron a un parque donde Malandro se bajo, luego al ser el turno de que Julián se bajara, Edy lo tomo de la mano, le dio un beso en la mejilla y le susurro al oido: "Si el destino me perdona, si la vida me perdona, si tu me perdonas, algun dia podré nuevamente ver esos lindo ojos de los que me enamoré desde el primer dia".

Juliáncon lagrimas en los ojos con la garganta tan cerrada que casile impedia hablar contesto: "La vidanos cambia, tu me cambiaste por que eres mi vida, y siempre lo serás… siempre te voy a amar".

Ladespedida eminente se habia consumido, aunque las lagrimas de Edy no dejaban de rodar por sus mejillas mientras manejaba ese auto blanco la distancia iba aumentando y Julián observando parado en una esquina, hasta que el coche desaparecio al dar vuelta en una esquina, Julián tambien lloraba al pensar que esa seria la ultima vez que lo vería.

—¿Una cerveza?

Malandro a pesar de todo queria que Julián se sintiera tranquilo, lo invitó a calmar sus penas con la unica solucion que el conocia: tomando.

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